Aunque el archivo de materiales audiovisuales comenzó como un movimiento de motivación cultural -con el propósito de preservar el patrimonio audiovisual, las colecciones están aumentando con más rapidez que las subvenciones, lo cual les obliga a generar ingresos para cubrir el déficit.
A estos archivos públicos se están uniendo archivos y agencias de servicios que tienen una motivación comercial y pragmática: proteger y administrar los activos de sus patrones (como las productoras de películas y las redes de radiodifusión) y cubrir sus gastos de funcionamiento con los ingresos que obtengan.
Es por este motivo que la frontera entre el ámbito público y el privado se va difuminando y en ambos casos lo que está en juego es la supervivencia del patrimonio audiovisual.
Los archivos audiovisuales con motivación cultural, no se pueden financiar a sí mismos y dependen de fondos oficiales, de entidades sin ánimo de lucro o de otras fuentes. Muchos de los fondos de estas instituciones provienen del Estado y en otros, puede darse una combinación de fuentes oficiales, de entidades filantrópicas, de empresas o de ingresos varios.
Conclusión
Las fuentes de financiación pueden influir en las políticas y las prioridades del archivo, lo cual nos lleva a pensar que el cuidado de los documentos debe estar en manos públicas para evitar el sesgo en el mantenimiento de los documentos.
